La inteligencia empresarial sigue cuatro pasos clave para transformar datos sin procesar en conocimientos fáciles de resumir para que los utilicen todos los usuarios de la organización.
Los tres primeros (recopilación, análisis y visualización de datos) definen la etapa para el paso final de la toma de decisiones. Antes de utilizar BI, las empresas tenían que realizar manualmente gran parte del análisis, pero las herramientas de BI automatizan muchos de los procesos y ahorran tiempo y esfuerzo a las empresas.
Paso 1: Recopilar y transformar los datos de distintos orígenes
Las herramientas de inteligencia empresarial suelen emplear el método de extracción, transformación y carga (ETL) para agregar datos estructurados y no estructurados de varios orígenes. A continuación, estos datos se transforman y remodelan antes de almacenarlos en una ubicación central, de modo que las aplicaciones puedan analizarlos y consultarlos fácilmente como un conjunto de datos completo.
Paso 2: Revelar tendencias e incoherencias
La minería de datos, o detección de datos, suele utilizar la automatización para analizar rápidamente los datos con el fin de encontrar patrones y valores atípicos que proporcionen información sobre el estado actual de la empresa. Las herramientas de BI suelen incluir diversos tipos de modelado de datos y análisis (exploratorios, descriptivos, estadísticos y predictivos) que exploran los datos, predicen tendencias y hacen recomendaciones.
Paso 3: Utilizar la visualización de datos para presentar las conclusiones
Los informes de inteligencia empresarial utilizan visualizaciones de datos para facilitar la comprensión y la difusión de las conclusiones. Existen diversos métodos para generar informes, como paneles de datos, diagramas, gráficos y mapas interactivos, que permiten a los usuarios saber qué está ocurriendo en la empresa en ese momento.
Paso 4: Adoptar medidas sobre los conocimientos en tiempo real
La visualización de datos históricos y actuales gracias a las actividades empresariales brinda a las empresas la capacidad de desplazarse rápidamente de los conocimientos a la acción. La inteligencia empresarial permite realizar ajustes en tiempo real y cambios estratégicos a largo plazo que eliminan las ineficiencias, se adaptan a los cambios del mercado, corrigen problemas de suministro y resuelven los problemas de los clientes.