A medida que el trabajo entra en una nueva y complicada fase híbrida, estas lecciones que aprendimos en las profundidades de la pandemia son tan importantes como siempre.
1.Haz de OKRs tu amigo
El bienestar significa que todos priorizamos nuestro tiempo y administramos nuestra energía, ya sea que trabajemos de forma remota o en persona. Pero es más difícil leer las expectativas de nuestros colegas y comunicar nuestras propias prioridades cuando estamos separados, lo que puede llevar al hábito de responder a cada interrupción como si fuera la necesidad más urgente.
Al adoptar un marco que une objetivos claros y resultados clave (OKR), está creando un marco personal que le deja en claro a usted y a los demás qué trabajo es más importante. Con este marco en su lugar, tiene un filtro que le permite decir “no” con más frecuencia (lo que también puede significar “ahora no”). También tienes una herramienta para ayudarte a lograr el equilibrio. Si agrega un nuevo KR a mitad de trimestre, puede cambiar otro para asegurarse de mantener el equilibrio.
2.Siéntete cómodo con la imperfección
En el entorno acelerado y altamente incierto de nuestro momento actual, debemos equilibrar el esfuerzo por la perfección con la velocidad y la agilidad. A veces, “suficientemente bueno” es, bueno, suficientemente bueno. Y a veces no lo es.
Para ser claros, no se trata de reducir el umbral de calidad para los clientes. Se trata de gestionar las prioridades, la energía y las expectativas para cada paso del camino hacia un resultado. Pregúntese: “¿Es necesario que esto sea bueno, mejor o mejor?” Y anime a su equipo a discutirlo. Los campeones de maratón no corren a su máxima velocidad durante 42 km. Manejan su ritmo estratégicamente a lo largo del camino.
3.Sea dueño de sus límites
El bienestar es un deporte tanto individual como colectivo. Las circunstancias individuales de cada persona son únicas: desde el cuidado de un padre enfermo hasta hacer malabarismos con las demandas del aprendizaje a distancia y luchar contra la injusticia racial. Cada uno de nosotros necesita definir nuestros límites en función de lo que podemos y no podemos hacer, y ser dueños de ellos.
En la práctica, esto significa decidir a qué hora comienza a trabajar, decidir a qué hora termina el trabajo y cumplir con esos compromisos mientras se los comunica a su equipo, ya sea que esté trabajando de forma remota o en persona. La tecnología puede ser tu amiga aquí. Por ejemplo, configure su mensaje de estado en Teams para indicar cuándo está priorizando el tiempo en familia.
4.Planificar reuniones con un propósito
La hinchazón de reuniones es una de las tendencias más contraproducentes del trabajo remoto, aunque las razones no son difíciles de entender. Sin formas bien definidas de indicar el progreso y la participación, asistir a una reunión se ha convertido en una señal de trabajo. Es la versión del siglo XXI de golpear el reloj. Esto no ayuda ni a los empleados ni a los empleadores.
Las organizaciones pueden socavar esta expectativa, y la pérdida de bienestar que proviene de demasiadas reuniones, fomentando una cultura de reuniones centrada en la preparación y el propósito. Primero haga la pregunta más básica: “¿Tiene que tener esta reunión? No, de verdad, ¿tienes que hacerlo?
5.Sigue la ciencia
Como miembros inaugurales de la primera fuerza laboral verdaderamente digital del mundo, todos estamos creando el futuro del trabajo juntos. Estamos definiendo normas, hábitos y mejores prácticas. Este privilegio conlleva una responsabilidad y presenta una oportunidad: en lugar de incumplir con las suposiciones basadas en la sabiduría convencional, aprovechemos este momento para dejar que la ciencia nos guíe.
Por ejemplo, la ciencia nos dice lo que los mejores atletas del mundo han sabido durante años: el rendimiento máximo requiere ciclos de descanso y recuperación. Más y más horas no equivalen a un mayor impacto. Crear una cultura en la que tomar descansos sea una señal de inteligencia, no de pereza.
6.Lidere con empatía
Somos todos nosotros. La cultura comienza desde arriba, y los líderes deben ser practicantes ejemplares de la empatía, los defensores más vocales y visibles del bienestar. Esto crea la estructura de permisos para que todos en la organización pongan el bienestar en primer lugar.
Si alguna vez hubo un momento para dar otra gracia, es ahora. Escuche y lidere con empatía en cada interacción. Sea vulnerable. Ayude a garantizar que se escuchen las voces más tranquilas. Haz espacio para divertirte. Haz espacio para momentos de tristeza y momentos de alegría. Juntos, creamos la cultura.
